Miniseñas

Alta fidelidad, de Nick Hornby

Esta lectura ha sido para mí lo que creo que ahora tiene a bien llamarse “salir de la zona de confort literario” porque es muy diferente a lo que acostumbro leer. Y me he alegrado de atreverme a hacerlo, porque gracias a ella he empezado a leer un tipo de literatura más adulta que me está resultando bastante más enriquecedora que la juvenil. Y aunque no me haya encantado ni vuelto loca, sí que me he resultado una lectura interesante. De hecho,  hacía tiempo que quería leer algo de Nick Hornby, y tenía clarísimo que empezaría por este libro tan consagrado.

A grandes rasgos, la historia relata la vida de Rob, un hombre que nos pintan como egoísta e inmaduro, sin las ideas claras y sin saber muy bien qué hacer con el rumbo incierto que está tomando su vida. El resto de personajes van desfilando por el libro pero no los llegamos a conocer tan bien como a Rob.

El inicio de Alta Fidelidad me parece francamente  bueno. Se trata de una carta que Rob escribe a su exnovia Laura contándole cuales han sido las 5 mujeres que más han influido en su vida y de qué manera (no lo he mencionado antes, pero Rob tienen una especie de obsesión por hacer listas de casi todo, pero principalmente música). Evitando meter en esa lista a la propia Laura. La forma en la que narra su adolescencia y juventud a través de sus novias me parece muy original. A partir de la carta la novela toma la forma de una narración corriente, de días pasando mientras vemos la evolución (en este caso más bien no-evolución) de Rob.

Durante toda la novela se trata de fondo el tema de la música, puesto que Rob es dueño de una tienda de discos, y tiene trato con cantantes. Y un tema que me ha chocado por la falta de costumbre, es que se habla abiertamente de sexo. No es una novela erótica ni nada de eso, sino que se introduce en conversaciones y recuerdos de forma muy natural.

En general es una novela muy entretenida, sin un mensaje profundo, de lectura ágil, un protagonista bien definido y a la vez perdido en su vida, y que respira amor a la música en sus páginas.

Atrapa la luna, de Sarah Dessen

Atrapa la luna es un libro juvenil bastante típico y tópico, agradable de leer y entretenido, pero que cuya historia poco nos aporta que no hayamos visto ya, y eso que yo de novela romántica juvenil (solo romántica, sin ser fantástica ni distópica)… puedo contar con los dedos de la mano lo que he haya leído.

Así que tenemos la historia de una adolescente, antaño gorda, que ha conseguido adelgazar a base de esfuerzo, pero aún así tiene la autoestima por los suelos. Y a base de conocer gente que la lleva por el buen camino y le dice lo maravillosa que es, esta consigue salir adelante.

La verdad es que el argumento no es nada novedoso.   No obstante, la forma de narrarla me ha gustado, la escritura de la autora es sencilla pero resulta dulce y amena.

No puedo decir que Collie me haya gustado mucho, porque me parece muy miedosa en cuanto a enfrentarse a sus temores y a las cosas que le incomodan. Pero bueno, para eso son este tipo de libros, para ver cómo van evolucionando sus protagonistas a chicas más seguras de sí mismas. Un personaje que me ha gustado bastante es Isabel, que parece una borde pero resulta ser la única chica racional y con dos dedos de frente, que se atreve a coger el toro por los cuernos.

En resumen, una historia perfecta para el verano o si buscas algo muy ligerito. Resulta entretenida pero sin aportar gran cosa al panorama literario. No obstante, tengo un par de libros más de la autora, así que seguramente me anime con ellos cuando no me apetezca pensar mucho.

Tobermory, de Saki

Tobermory es un relato corto de un autor victoriano poco conocido (al menos yo no lo conocía) que critica la hipocresía de la clase media victoriana.

En sus pocas páginas nos relata como un estrambótico doctor enseña a hablar a un gato (el mismo Tobermory) y este pone en un apuro a los humanos que le rodean, es decir, sus dueños y visitas, al airear sus trapos sucios, por así decirlos.

La verdad es que la idea es divertida, tanto los cotilleos como la reacción escandalizada de los personajes. Pero es cierto que es una historia tan breve que he echado en falta unas pocas páginas más no para profundizar, que no le hace ninguna falta, sino para desarrollar más las andanzas de Tobermory.

El final es un poco agridulce y rocambolesco, no es del todo lo que me esperaba, pero me ha sorprendido.