Reseña #132 París era una fiesta

Título original: A Moveable Feast

Autor: Ernest Hemingway

Páginas: 208

Saga: No

- SINOPSIS -

Publicada póstumamente en 1964, París era una fiesta es la obra más personal y reveladora de Hemingway, quien, ya en el crepúsculo de su vida, narra aquí los dorados, salvajes y fructíferos años de su juventud en el París de los años veinte, en compañía de escritores como Scott Fitzgerald o Ezra Pound, la llamada generación perdida, según la popular denominación acuñada en aquella época por Gertrude Stein, mítica madrina del grupo. Crónica de la formación de un joven escritor, retrato de una ciudad perdida, oda a la amistad y verdadero testamento literario, parís era una fiesta es uno de los libros capitales para entender el siglo XX, así como el universo y la personalidad de uno de sus más grandes creadores,

- RESEÑA -

París era una fiesta es una novela autobiográfica que escribe el propio Hemingway sobre sus años de juventud, los cuales pasó en París, cuna del arte y la cultura en los años 20. Pese a ser autobiográfica, no me ha dado la sensación de conocer al autor de una manera íntima, en cuanto a su ámbito más personal o familiar. Sabemos de la existencia de su mujer y su hijo, pero apenas se profundiza en ellos y no sabemos mucho de su vida privada. Esto no tiene porque ser malo, es decir, se dejan a un lado temas más banales para centrarnos en lo que realmente importa.

Porque el gran aliciente de esta novela son las inquietudes culturales, y las relaciones personales que abarcan las grandes figuras literarias y artísticas de París, especialmente la denominada “Generación Perdida”. Así conocemos al poeta Ezra Pound o la crítica Gertrude Stein, con los que mantiene una estrecha amistad, además de otros escritores de los que por desgracia se sabe bastante menos.

Pero para mí la relación más interesante es la que mantiene con Francis Scott Fitzgerald, a quien conoce por sus obras y termina profesando admiración, aunque su relación se torna complicada por los problemas mentales de la mujer de Fitzgerald, Zelda, que a su vez complican enormemente la existencia del autor.

En cuanto a la propia obra literaria de Hemingway, nos cuenta que por aquella época escribía numerosos cuentos, pero no tenía mucha fortuna con ellos, por lo que sobrevivía trabajando como periodista en un periódico. Y también tendremos constancia de algunos de sus vicios como las apuestas en el hipódromo.

Un punto muy a favor de la novela es la ambientación de París en los años 20, que Hemingway refleja como un lugar espectacular y del que siempre lamentó tener que irse. Asistimos a los numerosos cafés y terrazas en los que solía reunirse y tener charlas culturales, además de la casa de la mencionada Gertrude Stein, por la que desfilaban numerosos artistas.

De hecho, si habéis visto la película Midnight in Paris, podéis observar que dicha película está fuertemente influenciada por este libro, o esa impresión me da a mí. Cuando iba leyendo iba imaginándome precisamente la ambientación de la película y las sensaciones que se generan en el protagonista.

En cuanto a la narración, comentar que me pareció muy amena, no se me hizo pesada en ningún momento y, por supuesto, está espléndidamente escrita.

En conclusión, París era una fiesta es una obra autobiográfica muy estimulante, que nos permite conocer a Hemingway de primera mano, y lo más interesante, sus relaciones con otros escritores de la época, ahondando en el movimiento cultural de la “Generación Perdida”.